A lo largo de los años nuestros antepasados cultivaban los campos, hacían la vendímia, recogían aceitunas y tenían animales en casa como vacas y/o cerdos.
Los tiempos han cambiado y la nueva tecnología, juntamente con la evolución de la sociedad, ha supuesto la desaparición, casi por completo, de los pequeños agricultores y/o ganaderos.
La herencia está en la tierra, y en nuestro caso, en los olivos y concretamente en su fruto, la aceituna.
En el año 2014 la famillia Padern-Ponsí decidió unificar los campos de olivos de la variedad Argudell con la plantación de tres mil olivos de la variedad Arbequina con el objectivo de incrementar la producción.
La necesidad de comercializar todo este aceite ha sido el origen de la creación de la marca "Tribana de Peralada".
Joyas